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Reunificación familiar

REUNIFICACIÓN FAMILIAR

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La unidad familiar es un aspecto clave de los derechos humanos, que juega un papel estabilizador vital y un rol central en el proceso de integración social de personas refugiadas y migrantes en las sociedades de acogida.

La propuesta de incluir la reunificación familiar como un tema específico en la VI Reunión del Proceso de Quito está dirigida a promover la discusión entre los Estados y otros actores acerca de medidas y proyectos que permitan facilitar el acceso y propiciar un impacto más efectivo de la reunificación en la región, que complemente otros mecanismos en discusión en el Proceso. La intención no es otra que lograr la protección transnacional de niños, niñas y adolescentes en el contexto de movilidad humana en la región.

A través de esta propuesta se busca ampliar mecanismos para el acceso al territorio, a la regularización y a la documentación que reduzcan los riesgos asumidos por familias en situación de vulnerabilidad, obligadas a recurrir a vías irregulares para trasladarse de país en país, así como contribuir a la búsqueda de una solución.

Los Estados de América Latina y el Caribe que participan del Proceso de Quito acogen hoy a muchos refugiados y migrantes de Venezuela que se han asentado en sus territorios en los últimos años. Muchos han salido de su país debido a diversos factores, y una gran parte de ellos ha establecido temporalmente su residencia u obtenido diversos permisos de residencia o estadía regular en otros países de la región.

El aumento creciente de los números de personas refugiadas y migrantes venezolanas que llegaron a los países de la región entre 2017-2020 llevó a un enfoque de la respuesta fuertemente centrado en su recepción y asistencia de las necesidades inmediatas. Superado ese escenario, el desafío actual se plantea en torno a los esfuerzos por promover una integración exitosa en las nuevas sociedades de acogida donde se han establecido.

El principio de unidad familiar está reconocida y protegida por el derecho internacional y regional, entre otros, a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Recientemente se incluyó a la unidad de la familia en el marco de los Principios Interamericanos sobre los derechos humanos de todas las personas refugiadas, migrantes, apátridas y víctimas, adoptados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Asimismo, la legislación nacional de numerosos países de la región contempla y establece disposiciones sobre el derecho a la reunificación familiar de personas refugiadas y migrantes.

En la práctica, las familias que se han visto separadas en contextos de desplazamiento enfrentan muchos obstáculos en el proceso de reunificación, que incluyen requisitos documentales y costos difíciles de cubrir, falta de información y apoyo, complejos y largos procedimientos, así como barreras logísticas para el viaje de familiares.

Con miras a expandir y facilitar la reunificación familiar se requiere revisar los requisitos, salvaguardas y procedimientos vigentes para la salida, admisión y regularización de miembros de la familia que quedaron en otros países; reforzar la coordinación entre Estados, así como discutir el rol que los actores de la cooperación y la sociedad civil pueden desarrollar con miras a apoyar los aspectos legales, administrativos y logísticos de la reunificación e integración de las familias en las comunidades de acogida.

La unidad familiar es fundamental para una integración exitosa para personas refugiadas y migrantes en las comunidades de acogida y contribuye a una mayor participación en la vida económica, social y cultural de los países de acogida. Asimismo, la reunificación familiar es una vía idónea para proporcionar acceso a mecanismos de regularización y favorecer condiciones seguras de viaje a través de las fronteras para las familias que se han visto separadas. La reunificación familiar contribuye a reforzar el sistema de apoyo social de la familia y, por ende, de sus comunidades, mitigando los riesgos sociales asociados a la ruptura del núcleo familiar y potenciando las perspectivas de recuperación socioeconómica de todos sus miembros.

La iniciativa cuenta con el apoyo técnico de las Agencias de Naciones Unidas (ACNUR, OIM, UNICEF) con miras a establecer un espacio de discusión y cooperación entre los Estados de la región, dirigido a fa-cilitar el derecho a la unidad familiar y el fortalecimiento de los procedimientos de reunificación familiar.

Al término de la plenaria del 23 y 24 de septiembre de la VI Ronda del Proceso de Quito, se introdujo entre los delegados el concepto de “NNA no acompañados”, el cual abrió una reflexión y puso el énfasis a los otros componentes de las familias migrantes y refugiadas venezolanos. Se buscará, en ese sentido, una mejora en la gestión de trámites y la manera de coordinar los regímenes legales de aplicación de los paí-ses en torno a la reagrupación de las familias, así como realizar un seguimiento a temáticas de trabajo in-traestatal y cooperación entre Estados.

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